Algo Elemental
- ulysses
- 30 jul 2019
- 2 Min. de lectura
“En la India, la muerte de un animal fue el nacimiento de la poesía”.
Eliot Weinberger, Valmiki

En Estados Unidos el nacimiento de Eliot Weinberger significó la muerte del ensayo. Para Weinberger (New York, 1949) el ensayo es un espacio de exploración de la poesía, la narrativa y la historia.
En obras como Lo que oí de Iraq (Era, 2005), Rastros Kármicos (Emecé, 2002) o Algo Elemental (Atalanta, 2010) el ensayo muere para dar paso a la imaginación y por consiguiente a la fe.
¿Y, no se trata de eso la escritura al final? ¿De tener fe en el lenguaje?
Homero tuvo fe y se convenció tanto a sí mismo que le retorció el pescuezo al lenguaje para que cantara la cólera del pélida Aquiles; Garcilaso estaba convencido de que su perfecto soneto XXIII hablaba de la fugacidad de la belleza; Melville con su ballena o Dostoievski con su idiota, tuvieron fe en el lenguaje[1]. Weinberger también la tiene y propone con sus ensayos construirle un hábitat al argumento. Sin importar el tema, entiende el mundo a través de la poesía, pues la insoportable literalidad de la magia y el mito solo pueden estremecernos si, de algún modo, pensamos que son una mentira.
En Algo Elemental se recorren sociedades tan antiguas como la de los Nazca, revelada en las llanuras, que para sus habitantes eran las páginas inmensas de un mundo al que entendían como escritura; se dibujan mapas con sonidos, pues para los kalulis es difícil ver a lo lejos en la densa selva; o se navega por Groenlandia, donde el hielo está vivo: cruje, gime, rechina, suda, borbotea y da golpes. En Algo Elemental hay lugar para el Tigre de Mysore o el de Blake, para los kalulis o los chochines, para los rituales del Imperio Azteca o los de la China del siglo II. En Algo Elemental no está solo la exploración del ensayo y sus condiciones poéticas, sino también el aporte de Weinberger a la traducción de textos, pues la inmensidad del mundo se hace de diferentes lenguajes que aún nos resta trasladar.
[1] Los lenguajes de la poesía actual, Montalbetti Mario.
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