Los Vagabundos del Dharma
- ulysses
- 9 may 2019
- 2 Min. de lectura
“All life is suffering”
The first of Sakyamuni´s four noble truths

Los Vagabundos del Dharma es un retrato del sacrificio. En sus páginas no hay héroes recorriendo las carreteras, sino iniciados del espíritu entregando su cuerpo y mente. Jack Kerouac narra la entrega de dos de esos iniciados, Ray Smith y Japhy Ryder, en su búsqueda por la verdad.
En Los Vagabundos del Dharma Kerouac propone el desapego de lo literal, encontrando en las diferentes ramas del budismo una verdad. Pero no ignora su mundo y su vida no pasa desapercibida cuando escribe. Por ello las borracheras, el autostop y la poesía son su nueva espiritualidad, asentada en una generación beat ficticia: Ray Smith (Jack Kerouac), Japhy Ryder (Gary Snyder) y Allen Gingsberg (Alvah Goldbook).
Smith y Ryder, bikhus modernos, asiduos del budismo y la poesía oriental, son el retrato de una generación que comunicó el espíritu con la naturaleza en Estados Unidos a finales de 1950. Esa comunión se devela a través del sacrificio de la carne, pues todo lo que se deja atrás con dolor, sudor y cansancio, permite entender la realidad susurrada en las cimas más altas de California.
“No se puede vivir en este mundo, pero no hay otro lugar a donde ir” es una de las verdades contra las que Smith y Ryder luchan. Y lo hacen siempre en movimiento: escalando o viajando, pues hay una verdad del otro lado que solo el viaje otorga. El medio para acceder a esa verdad es el sacrificio de olvidarlo todo, pues para encontrar la libertad auténtica, como Ray Smith, se necesita entender que ya nada importa.
Seguramente, el encuentro de esa verdad difiere mucho de un lector a otro, pero al final uno decide su sacrificio tras leer Los Vagabundos del Dharma, uno se echa al hombro una montaña desolada o el mar Pacífico para encontrar la otra orilla y entender que no hay respuesta alguna, verdad alguna, que evite la tristeza del regreso a la ciudad y al mundo.
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